Todo comenzó a fines de 1999, con la lista de correo entre amigos llamada Tiflolibros. Con el tiempo, este proyecto argentino liderado por Pablo Lecuona y Mara Lis Vilar fue creciendo y actualmente es la primera biblioteca digital para ciegos y deficientes visuales de habla hispana.
Los pilares de su funcionamiento son la lista de correo (con más de 400 miembros de Alemania, Argentina, Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Croacia, Cuba, Dinamarca, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, México, Panamá, Perú, Portugal, República Checa, República Dominicana, Suecia, Uruguay y Venezuela) y la página (http://www.tiflolibros.com.ar/) donde, además de la biblioteca, se reúnen textos escritos por miembros de Tiflolibros, enlaces de interés, una sala de audio y otros tantos proyectos comunes. La lista versa fundamentalmente sobre literatura, y es la herramienta que propicia el intercambio y aporte de libros digitales.
En la actualidad la biblioteca cuenta con más de 4.000 libros en formato digital de uso exclusivo para personas que por su discapacidad o condición no puedan acceder a la lectura mediante el sistema convencional. El acceso a la misma es restringido, sólo pueden entrar quienes tengan nombre de usuario y contraseña, que se entrega oportunamente al recibir los datos requeridos para sumarse al grupo (nombre, edad, lugar de residencia, tipo de discapacidad, adaptaciones que utiliza para el uso de la PC y certificado médico o carnet de asociación de ciegos).
La biblioteca cuenta con el apoyo de editoriales tales como Grupo Editorial Planeta Argentina, Grupo Alfaguara - Taurus - Aguilar, Fondo de Cultura Económica y Edebé, que ceden sus libros en formato digital.
Uno de los temas que contempló el proyecto desde el principio, fue el del derecho de autor. Se investigó legislación y se consultó con organismos internacionales, comprobándose que en España, Portugal, Brasil y Paraguay las leyes contemplan esta situación explicitando que los libros pueden circular libremente mientras se distribuyan en forma no lucrativa y sólo a aquellas personas que por algún impedimento físico o sensorial no puedan acceder a la lectura en el formato convencional. En el resto de los países no hay legislación sobre este caso en particular. Pero tomando de ejemplo el funcionamiento de las bibliotecas Braille y Parlantes y amparándose en el derecho consuetudinario (es decir aquel que se establece por el uso y la costumbre) es que funciona Tiflolibros.
Para proteger los textos el André Duré (programador informático ciego, integrante del grupo) desarrolló un software llamado Tiflolector. Este software consiste en un visualizador de textos exclusivo para ciegos que no permite copiar, cortar o imprimir ninguna parte del texto. El Tiflolector trabaja con archivos encriptados con extensión tfl, que son presentados en pantalla con un color de fuente y de fondo idénticos, lo que los hace inaccesibles para un lector vidente, pero totalmente legibles con un programa lector de pantalla como el que usan las personas ciegas para el manejo de la computadora. En general, estos programas "leen" en voz alta el contenido de la pantalla, usando una voz sintetizada que se reproduce a través de los parlantes de la PC (requiere obviamente una placa de sonido y ciertas condiciones de accesibilidad en la computadora).
La lectura digital en el ámbito de las personas sin ninguna discapacidad también se ha ido desarrollando en estos años pero la puja por una mayor y eficaz defensa de los derechos de autor ha llevado a que se utilicen formatos no accesibles para una persona con discapacidad visual. Por ejemplo, muchas bibliotecas y librerías digitales de Internet están utilizando los formatos de Microsoft Reader, Glassbook o de Acrobat E-Books. Estos programas al buscar bloquear toda posibilidad de captura del texto por un programa externo bloquean el acceso a los lectores de pantalla imposibilitando su lectura. Por el contrario, el PDF, otro formato protegido en boga, sí permite el acceso, por medio de un Plug In de accesibilidad que se instala junto con el programa y permite visualizar el texto de manera capturable para los programas lectores.
En www.tiflolibros.com.ar las personas que "no puedan acceder a la lectura de una manera tradicional —explicó Vilar en un reportaje realizado por el diario Clarín a propósito de su segundo aniversario en noviembre del año pasado—, tienen la posibilidad de conseguir ejemplares de la Biblia, el Martín Fierro, el Quijote y hasta el último libro del escritor mexicano Carlos Fuentes". Quienes tengan libros digitales y deseen incorporar los ejemplares a la biblioteca, pueden ponerse en contacto con los coordinadores del proyecto enviando un mensaje a tiflolibros@tiflolibros.com.ar.
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