13 febrero 2008

Técnica Jurídica para la Redacción de Escritos y Sentencias



Una observación fundada en una larga experiencia demuestra que los textos jurídico-administrativos establecen con frecuencia una distancia a veces insalvable entre el receptor y el emisor. Desde esta perspectiva, independientemente de la complejidad intrínseca de los aspectos técnicos, son textos que - a veces por error, otras por omisión- fracasan comunicativamente porque expulsan de la posibilidad de comprensión al no iniciado, y acaban por constituir una especie de jerga-arcano que impide o frena su uso eficiente hasta por parte de ciudadanos instruidos y capaces.

Este Manual presenta una serie de temas lingüísticos íntimamente relacionados con la práctica diaria de la escritura en lo que se refiere al manejo adecuado de nuestra lengua como instrumento de comunicación jurídica.

Consideramos que el rigor gramatical y sintáctico con que debe ser empleado el idioma, y todo lo que conduzca a la expresión más clara del pensamiento, adquieren especial importancia en el discurso jurídico, dada la relevancia que tiene la actividad de abogados, juristas y funcionarios del Poder Judicial, en cuanto a los intereses que se ponen en juego cuando se trata de aplicar la ley, ya sea en el ámbito civil, comercial, administrativo, económico, laboral, tributario o penal, tanto en el orden nacional como internacional.

La observancia de las normas de ortografía, morfología, sintaxis; el uso adecuado de la palabra precisa en cada caso; la precaución constante ante los vicios que minan el idioma; la actitud defensiva - sin descartar la razonable flexibilidad- frente al extranjerismo innecesario; el cuidado por mantener el estilo en el que se acompasen la técnica jurídica y las exigencias gramaticales básicas, todo ello forma parte ineludible del quehacer profesional del abogado, el jurista o el juez.

No hay que desconocer, por otro lado, que la estructura de una lengua evoluciona permanentemente. Así, el léxico oficial - eco del uso popular y culto bajo el control depurador de los organismos rectores de la lengua- sufre profundas mutaciones. Ciertos vocablos pierden su vigencia, pasan de moda, iniciando el camino de la obsolescencia y se convierten en meros arcaísmos. Otros, en cambio, irrumpen en el idioma y logran, muy a menudo, pasar el tamiz académico: se trata en la mayoría de los casos, de neologismos técnicos y científicos, voces de origen extranjero o regionalismos latinoamericanos.

En esta oportunidad no se ha intentado darle al lector un manual del idioma castellano sistemáticamente estructurado, con definiciones, reglas, cuadros, divisiones, paradigmas verbales, ya que para eso existen en el mercado bibliográfico obras fundamentales. Por el contrario, sólo se ha pretendido presentar una sencilla guía que sirva de orientación acerca del lenguaje, su uso y algunos aspectos teóricos, para la redacción de textos. El propósito es desarrollar reglas gramaticales, y comentar determinados errores frecuentes con el fin de poder evitarlos.

Asimismo, se propone invitar a una toma de conciencia acerca de la necesidad del cuidado de la lengua en una profesión y en un ámbito, en los que - como dijimos- la producción de textos correctos y comprensibles desempeña un papel fundamental.

Y si bien el lector encontrará citas de normas y directrices gramaticales, siempre fueron hechas dentro de un contexto práctico en el que la claridad, la funcionalidad, incluso la amenidad, pretendieron ser sus mejores virtudes. Por eso se ha tratado también de evitar el extravío en un laberinto de normativas y postulados teóricos, y más bien, los ejemplos y situaciones prácticas, tomados de textos periodísticos y de fallos judiciales, fueron la base principal de esta exposición.

No obstante lo básico de la propuesta, recordando con Heidegger que "el lenguaje es la casa del ser", incluimos en la Introducción algunas reflexiones de carácter teórico para todos aquellos lectores más profundamente interesados en la problemática del lenguaje, facultad que constituye al hombre como tal, y de la lengua, como sistema e instrumento privilegiado de la comunicación humana.

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