29 noviembre 2010
05 octubre 2010
Chespirito A Juicio por Piratear Musica
Chespirito A Juicio por Pirata
Roberto Gomez Bolaños A Juicio por Pirata
Chespirito A Juicio por Piratear Musica
Roberto Gomez Bolaños A Juicio por Piratear Musica
Chespirito Roba la Música a Jean-Jacques Perrey y Disney
Roberto Gomez Bolaños Roba la Música a Jean-Jacques Perrey y Disney
Chespirito El Hipócrita de Los Derechos de Autor
Roberto Gomez Bolaños El Hipócrita de Los Derechos de Autor
Chespirito Ladrón de Musica
Roberto Gomez Bolaños Ladrón de Musica
Chespirito Es Un Ladrón
Roberto Gomez Bolaños Es Un Ladrón
Si hay algo que tienen denominador común los programas de Chespirito es el robo, y la piratería. Chespirito se apropió de la música utilizada en toda la serie Chespirito, El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado y todas sus series televisivas sin pagar un centavo por la música.
Las series de TV de Chespirito son mundialmente conocidas y reconocidad por la música utilizada, pero particularmente por los temas que identifican a Chespirito, El Chavo del 8 y EL Chapulín Colorado.
Album Moog Indigo (1969) De donde Chespirito robó las canciones "An Elephant Never Forgets" y "Country Rock Polka"
Y estos temas son:
Chespirito: "Country Rock Polka"
El Chavo del 8: "An Elephant Never Forgets"
El Chapulín Colorado: "Baroque Hodeown"
La demanda fué entabalada en USA y en México ante la negativa a reconocer por parte de Televisa S.A. de C.V. y Chespirito S.A. de C.V.los derechos de los autores originales de la música: Jean-Jacques Perrey, Gherson Kignsley, Robert Breuer, Anthony Breuer, Frances Breuer y Sylvain Meunier.
Jean-Jacques Perrey
Chespirito jamás pagó un centavo en concepto de derechos de autor, a los compositores e intérpretes originales de la música utilizada en sus series, simplemente se la apropió de manera tan burda que además licenció sobre la misma la comercailización de VHS y DVD con las series que siguen incluyendo la música de los demandantes y se hace el desentendido.
Chespirito simplemente pirateó toda la música que incluia en sus series televisivas. Fué tan burdo el robo y la impunidad que en ninguna de sus series incluyó siquiera los creditos correspondientes a los autores originales por la música utilizada.
Chespirito es un hipócirta y un caradura, ya que no duda en entablar juicios a diestra y siniestra contra ex miembros de su equipo como "La Chilindrina" y "Quico" por cuestiones de derechos de propiedad del personaje, pero se olvida de aplicar los mismos principios cuando se trata de la música que robó impunemente.
Chespirito se ha convertido en un duro defensor de "sus derechos de autor", pero parece haberse olvidado que los derechos de autor son para todos, no solamente para él y sus productos.
A Chespirito le ha llegado el momento de pagar por su robo, ya se hablan de cifras multimillonarias del monto indemnizatorio, ya que Chespirito al responder la demanda ha negado haber violado los derechos de autor, sin aportar ninguna prueba, simplemente una negación. Se calcula que el juicio durará varios años, que podría llevar a la decomisación de los DVD's en venta, la prohibición de la emisión de las series de Chespirito, y demandas similares para todas las cadenas de Televisión del Mundo que emitan las series El Chavo del 8, Chespirito, El Chapulín Colorado que llevarían a la quiebra a Chespirito y sus empresas.
La mejor estrategia de los abogados de los músicos ha sido alertar de igual modo al departamento legal de DISNEY, sobre el hecho que Chespirito se apropió ilegalmente de la música de sus películas exitosas pirateándola sin tapujos. Por lo que se espera otra demanda multimillonaria de DISNEY, y todos sabemos que DISNEY pisa fuerte en serio cuando derechos de autor se trata.
Y LA FUENTE ?
Estoy escribiendo un artículo para la editorial jurídica "La Ley", sobre Música y Derechos de Autor como parte de mi curricula de Tesis Doctoral en Derecho sobre el mismo tema Derechos de Autor en la Música, un tema poco profundizado e ideal para realizar una tesis doctoral.
Llevo 4 años trabajando en la tesis y en el análisis sobre el desarrollo y la aplicación normativa y el régimen internacional de protección de los derechos de autor en la musica utilizada en Televisión y Cine me encontré con un universo paralelo. Por tal motivo el lugar de utilizar referencias de casos foraneos y poco conocidos, dedicí estructurar sobre un caso testigo, de una serie de televisión hiper-recontra-archi conocida. Elegí las series de Roberto Gomez Bolaños. Pero me encontré con una pared, me cansé de escribirles y en un año jamás me respondieron. Incluso un amigo en méxico me hizo el favor de hacerse presente en las oficinas centrales de Televisa S.A. de C.V. y Chespirito S.A. de C.V. para solicitar información con respecto a la música en las series, y lo despacharon de mala manera.
Siempre me supuse que algo irregular había en lo referido a los derechos de autor en la música de las series de chespirito, casualmente por eso mi elección como caso testigo a analizar, pero jamás pensé encontrarme con lo que me encontré, que no hace otra cosa que pintar en crudo la hipocresía de Chespirito.
Es así como al no poder contar con un lado de la campana concurrí al otro me comuniqué con Jean-Jacques Perrey. Le expliqué que me encontraba realizando mi tesis doctoral y etc., y me derivó con su abogado Joseph L. Golden y estalló la bomba. Cuando el abogado empezó a buscar en sus registros, no existía ninguno para Televisa, ni Chespirito, ni Bolaños, ni ninguna Cadena de TV de USA o México con licencia para la música, el panorama se puso de gris, a negro azabache.
Ahora que el registro es público puedo publicar las partes de la demanda correspondiente que me fué enviada por el abogado de Jean-Jacques Perrey en el 2009 y que pongo a continuación.
Como reflexión diría: Chespirito pagale a Jean-Jacques Perrey (81 Años) lo que le debés por su obra, por su música, ya que sin ella tus series no serían lo mismo. Justicia es dar a cada uno lo que le corresponde, entonces Chespirito deberías darle el crédito que le corresponde a Jean-Jacques Perrey.
Fuente: La fuente es la misma demanda. Recibí por email la demanda del abogado de Jean-Jacques Perrey Mr. Joseph L. Golden
Copia Fiel de la Demanda que Recibí por Fax y luego Digitalizada. Causa CV-09-6508-FMC (RZx)[/b]
14 septiembre 2010
Walger, Sylvina - Cristina Kirchner. De Legisladora Combativa a Presidenta Fashion (2010) Ediciones B
La historia oculta de Cristina Fernández de Kirchner, demoledora y sin concesiones, se publica este fin de semana en Argentina. La biografía, «Cristina, de legisladora combativa a presidenta fashion», de Sylvina Walger, ofrece el retrato descarnado de una mujer déspota, caprichosa, infiel, enamorada del lujo y, a los 57 años, obsesionada con su apariencia.
El libro presenta un personaje vacío de poder real que vive sometido al maltrato de un marido autoritario. A Néstor Kirchner lo retrata como un «mezquino, tacaño, vengativo, envidioso» y delator durante la dictadura (1976-83). Un hombre, también infiel, al que la ira le lleva, al menos en una ocasión, a «pegarle una trompada (puñetazo)» a la jefa del Estado por no cumplir sus órdenes.
«No los une el amor sino el dinero y algunos secretos atroces. De ese matrimonio sólo queda una fortuna para dividir», asegura Walger. Autora de «Pizza con champán», best-seller sobre el mandato de Carlos Menem, la periodista y socióloga mete el bisturí en las vísceras de la pareja más poderosa de Argentina para ofrecer un plato caliente de casquería política, peronismo, celos, frivolidad y ambiciones infinitas. «La bandera de los derechos humanos —reitera— la usan para amasar poder y dinero».
El que lleva los pantalones, el verdadero presidente es Néstor, él toma las decisiones importantes. La idea de que ambos tienen el mismo peso y forman una sociedad igualitaria es falsa», asegura Walger.
El 17 de julio de 2008, el Senado acabó con las aspiraciones de Cristina Kirchner de mantener unos impuestos al sector agropecuario. Ese día perdió la primera gran batalla. Un desatado Néstor Kirchner le pidió la dimisión. «Ella se negó, le insultó y le espetó que se marchara. El presidente paralelo —como le llama Walger— le propinó una sonora trompada. El golpe fue serio y hubo que trasladarla para que la atendieran los médicos». La escena está recogida en el libro de casi 200 páginas (Ediciones B).
La «alborotada relación matrimonial» marca una gestión «con el objetivo de quedarse 16 años». Sin embargo, la autora asegura que «están de salida». La intimidad de la familia es un tabú que queda roto en el relato. A ella le atribuye aventuras «con un senador, un banquero, un gobernador y hasta su jefe de escoltas». A él, «ser amante de María Angela Girometti», una empresaria patagónica.
Corrupción
Otro terreno prohibido por el que se mueve el libro es una palabra que «Cristina no ha pronunciado una vez desde que llegó a la Presidencia en 2007: corrupción». En la biografía están minuciosamente analizadas las intervenciones públicas de la jefa de Estado así como una lista de los vínculos de la pareja con la palabra maldita. Entre éstos, «la fortuna inocultable —8.500.000 de euros—, con 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos y 2 locales; la consultora Chapelco para asesorar financieramente a inversores locales y extranjeros, el destino desconocido de más de 600 millones de euros de la provincia de Santa Cruz y el descomunal enriquecimiento de sus secretarios privados».
La debilidad por las joyas y su colección de bolsos son señas de identidad de la presidenta, según Walger. «Comenzó con Vuitton y ahora son Hermes. De éstos sus preferidos son, en cocodrilo o lagarto, la Kelly bag, diseñada en honor de Grace Kelly, y la Birkin bag, en homenaje a Jane Birkin. Sólo se venden por encargo y su precio se acerca a los 40.000 euros». «Para Cristina —continúa— no hay crisis. Se cambia, por lo menos, tres veces al día y en uno solo, en la campaña 2007, llevaba encima 50.000 dólares en alhajas. Pero, ya lo había advertido entonces: para ser buena política no tengo que disfrazarme de pobre».
Estética kirchnerista aparte, la biografía sin compasión de Walger ahonda en las tinieblas de la dictadura (1976-83). Años de plomo guerrillero y metralla militar, recuerda que Néstor Kirchner estuvo detenido con un amigo apenas dos días. Breve plazo que se explicaría «porque entregaron direcciones, teléfonos, informaciones varias que desembocarían en numerosas detenciones». Historia cruda la de «Cristina, de legisladora combativa a presidenta fashion». Una frase suya la termina definiendo: «Yo no soy progre, soy peronista».
(…) único confiable que tienen los referentes machos de este país es su propia compañera. No confían en nadie si no es de su propia sangre. Este es un fenómeno muy argentino. El modelo es Perón y Evita. Antes de Perón ningún presidente tuvo a su mujer metida en la política. Es un tema de confiabilidad. ¿En quién podía confiar Perón? En Evita. Ella era la combativa y él ponía el aspecto reflexivo.
A lo cual habría que añadirle la segunda experiencia peronista. ¿En quién confiaba el Perón enfermo que regresó al país en 1973? En Isabelita, cuya preparación y experiencia políticas eran totalmente nulas, y aun así se postuló como vicepresidenta, para “heredar” el Ejecutivo cuando Perón muriera, tal como efectivamente ocurrió. La diferencia con Cristina es que Isabelita era una mujer de pocas pretensiones. Una, reencarnarse en Evita según le había prometido López Rega. Y la otra, permitirle a su “brujo” que hiciera lo que quisiera con el país y sus habitantes.
A Cristina no hay nada que le guste más que hablar y agredir al mismo tiempo, inclinación que alcanzó su clímax durante “la guerra gaucha”, como bien la definió Jorge Lanata.
Cristina se había acostumbrado a la vida en Buenos Aires y cada vez le costaba más acompañar a Kirchner a Santa Cruz. Sobre todo a los actos en el interior de la provincia, donde tenía que encontrarse con gente muy humilde para gusto, en lugares muy precarios que la ponían de mal humor.
Como diputada y senadora nacional había vivido diez años alejada de Néstor, y pese al cuento de hadas armados por ellos y sus más fieles, lo cierto es que durante largo tiempo ni se veían ni se hablaban. Gente de su entorno asegura que esa fue la época más feliz de Cristina, al menos la de mayor independencia y libertad.
Cristina es un conjunto de estampas de la vida política de Cristina Fernández de Kirchner, un relato de lo que se ve y lo que no se ve de la actual Presidenta, la mujer más polémica de la Argentina, capaz de despertar, al mismo tiempo, admirada adhesión y enconado desprecio. ¿A Cristina se la quiere y se la odia por ig ...ual, como sucedió con Evita, porque es mujer y la política es un ámbito machista? ¿Por qué la rechaza gran parte de la clase media argentina? ¿Razones ideológicas de peso o una simple falta de feeling?
Sylvina Walger, socióloga y reconocida periodista de vasta trayectoria en los principales medios del país, analiza los años políticos de esta abogada platense cuya figura ha ido mutando desde la combativa y temperamental legisladora Fernández a Cristina, la Presidenta, la mujer contenida e irritable -pero fashion- que, según dicen, cumple las órdenes de su marido. Y Walger la describe con la agudeza y la ironía con que retrató los frivolos 90, los años menemistas en los que campeaban la ostentación y el desparpajo de la "pizza con champán".
El libro presenta un personaje vacío de poder real que vive sometido al maltrato de un marido autoritario. A Néstor Kirchner lo retrata como un «mezquino, tacaño, vengativo, envidioso» y delator durante la dictadura (1976-83). Un hombre, también infiel, al que la ira le lleva, al menos en una ocasión, a «pegarle una trompada (puñetazo)» a la jefa del Estado por no cumplir sus órdenes.
«No los une el amor sino el dinero y algunos secretos atroces. De ese matrimonio sólo queda una fortuna para dividir», asegura Walger. Autora de «Pizza con champán», best-seller sobre el mandato de Carlos Menem, la periodista y socióloga mete el bisturí en las vísceras de la pareja más poderosa de Argentina para ofrecer un plato caliente de casquería política, peronismo, celos, frivolidad y ambiciones infinitas. «La bandera de los derechos humanos —reitera— la usan para amasar poder y dinero».
El que lleva los pantalones, el verdadero presidente es Néstor, él toma las decisiones importantes. La idea de que ambos tienen el mismo peso y forman una sociedad igualitaria es falsa», asegura Walger.
El 17 de julio de 2008, el Senado acabó con las aspiraciones de Cristina Kirchner de mantener unos impuestos al sector agropecuario. Ese día perdió la primera gran batalla. Un desatado Néstor Kirchner le pidió la dimisión. «Ella se negó, le insultó y le espetó que se marchara. El presidente paralelo —como le llama Walger— le propinó una sonora trompada. El golpe fue serio y hubo que trasladarla para que la atendieran los médicos». La escena está recogida en el libro de casi 200 páginas (Ediciones B).
La «alborotada relación matrimonial» marca una gestión «con el objetivo de quedarse 16 años». Sin embargo, la autora asegura que «están de salida». La intimidad de la familia es un tabú que queda roto en el relato. A ella le atribuye aventuras «con un senador, un banquero, un gobernador y hasta su jefe de escoltas». A él, «ser amante de María Angela Girometti», una empresaria patagónica.
Corrupción
Otro terreno prohibido por el que se mueve el libro es una palabra que «Cristina no ha pronunciado una vez desde que llegó a la Presidencia en 2007: corrupción». En la biografía están minuciosamente analizadas las intervenciones públicas de la jefa de Estado así como una lista de los vínculos de la pareja con la palabra maldita. Entre éstos, «la fortuna inocultable —8.500.000 de euros—, con 19 casas, 14 departamentos, 6 terrenos y 2 locales; la consultora Chapelco para asesorar financieramente a inversores locales y extranjeros, el destino desconocido de más de 600 millones de euros de la provincia de Santa Cruz y el descomunal enriquecimiento de sus secretarios privados».
La debilidad por las joyas y su colección de bolsos son señas de identidad de la presidenta, según Walger. «Comenzó con Vuitton y ahora son Hermes. De éstos sus preferidos son, en cocodrilo o lagarto, la Kelly bag, diseñada en honor de Grace Kelly, y la Birkin bag, en homenaje a Jane Birkin. Sólo se venden por encargo y su precio se acerca a los 40.000 euros». «Para Cristina —continúa— no hay crisis. Se cambia, por lo menos, tres veces al día y en uno solo, en la campaña 2007, llevaba encima 50.000 dólares en alhajas. Pero, ya lo había advertido entonces: para ser buena política no tengo que disfrazarme de pobre».
Estética kirchnerista aparte, la biografía sin compasión de Walger ahonda en las tinieblas de la dictadura (1976-83). Años de plomo guerrillero y metralla militar, recuerda que Néstor Kirchner estuvo detenido con un amigo apenas dos días. Breve plazo que se explicaría «porque entregaron direcciones, teléfonos, informaciones varias que desembocarían en numerosas detenciones». Historia cruda la de «Cristina, de legisladora combativa a presidenta fashion». Una frase suya la termina definiendo: «Yo no soy progre, soy peronista».
(…) único confiable que tienen los referentes machos de este país es su propia compañera. No confían en nadie si no es de su propia sangre. Este es un fenómeno muy argentino. El modelo es Perón y Evita. Antes de Perón ningún presidente tuvo a su mujer metida en la política. Es un tema de confiabilidad. ¿En quién podía confiar Perón? En Evita. Ella era la combativa y él ponía el aspecto reflexivo.
A lo cual habría que añadirle la segunda experiencia peronista. ¿En quién confiaba el Perón enfermo que regresó al país en 1973? En Isabelita, cuya preparación y experiencia políticas eran totalmente nulas, y aun así se postuló como vicepresidenta, para “heredar” el Ejecutivo cuando Perón muriera, tal como efectivamente ocurrió. La diferencia con Cristina es que Isabelita era una mujer de pocas pretensiones. Una, reencarnarse en Evita según le había prometido López Rega. Y la otra, permitirle a su “brujo” que hiciera lo que quisiera con el país y sus habitantes.
A Cristina no hay nada que le guste más que hablar y agredir al mismo tiempo, inclinación que alcanzó su clímax durante “la guerra gaucha”, como bien la definió Jorge Lanata.
Cristina se había acostumbrado a la vida en Buenos Aires y cada vez le costaba más acompañar a Kirchner a Santa Cruz. Sobre todo a los actos en el interior de la provincia, donde tenía que encontrarse con gente muy humilde para gusto, en lugares muy precarios que la ponían de mal humor.
Como diputada y senadora nacional había vivido diez años alejada de Néstor, y pese al cuento de hadas armados por ellos y sus más fieles, lo cierto es que durante largo tiempo ni se veían ni se hablaban. Gente de su entorno asegura que esa fue la época más feliz de Cristina, al menos la de mayor independencia y libertad.
Cristina es un conjunto de estampas de la vida política de Cristina Fernández de Kirchner, un relato de lo que se ve y lo que no se ve de la actual Presidenta, la mujer más polémica de la Argentina, capaz de despertar, al mismo tiempo, admirada adhesión y enconado desprecio. ¿A Cristina se la quiere y se la odia por ig ...ual, como sucedió con Evita, porque es mujer y la política es un ámbito machista? ¿Por qué la rechaza gran parte de la clase media argentina? ¿Razones ideológicas de peso o una simple falta de feeling?
Sylvina Walger, socióloga y reconocida periodista de vasta trayectoria en los principales medios del país, analiza los años políticos de esta abogada platense cuya figura ha ido mutando desde la combativa y temperamental legisladora Fernández a Cristina, la Presidenta, la mujer contenida e irritable -pero fashion- que, según dicen, cumple las órdenes de su marido. Y Walger la describe con la agudeza y la ironía con que retrató los frivolos 90, los años menemistas en los que campeaban la ostentación y el desparpajo de la "pizza con champán".
Hay olor a libro nuevo :)